Desde la época de las calculadoras de bolsillo hemos utilizado la energía solar para nuestra demanda enérgética, pero si hablamos de cantidades mayores que las que consume una calculadora, tenemos un problema. Hoy en día, existe un desafío energético muy importante y mientras muchos emplean parte de su presupuesto en I+D, otros siguen anclados en la época fósil. Cuando se sabe que las reservas del petróleo del planeta se acabarán en unos 50 años, lo interesante sería investigar y potenciar todo lo demás (renovables, fusión y fisión nuclear, hidrógeno...). Ahora bien, a parte del desafío energético tenemos una crisis internacional, ¿cuál debemos resolver antes? Si no fluye el dinero, no hay investigación. Pero si no hay energía... ¿Sabrá la naturaleza que hacer en estos casos?
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